—Jeonsang.

Jimin le miró con un enorme cargando en su cabeza. Jungkook dejó de sonreír.

—¿D-Disculpa?

—Así es como quiero llamar a mi primer hijo.

—Ah...

Jungkook quería morir, ¿de verdad estaba diciendo aquella estupidez? En su mente había sido gracioso el escenario, pero justo ahora quería pedir disculpas, levantarse y salir corriendo para que la mirada de el castaño no le analizara en ese momento como si fuese un loco.

Bueno, lo es, pero un poco.

—P-Perdón, es que te vi...

—¿No crees que primero deberías decirme hola o invitarme un batido? Aún somos muy jóvenes para tener un hijo y no hemos terminado la universidad, ni siquiera te conozco.

Aunque no era del todo cierto, porque Jimin llevaba más de medio año acosándolo —según Taehyung—, sabía un poco sobre Jeon más que su existencia y que le gustaba pero ni se atrevía a saludarlo o hablarle.

—Oh... ¿entonces...?

—Que primero deberías invitarme a salir si quieres un futuro conmigo.

Justo ahora se desconocía.

¿Quién lo diría? Bromear un poco puede hacerte llegar a las personas que te interesan.

En ese momento Jungkook sonrió y juró sentir sus mejillas ruborizarse por lo lindo que se veía el azabache de aquella manera. Esa imagen nunca se iría de su cabeza.

—Bueno, Jimin —y es que no podía creer que aún recordara su nombre—, futuro padre de mis hijos, si es que lo permites, ¿te gustaría ir a tomar un batido conmigo?

—Mmm —hizo como si pensara, poniendo en tensión total a Jungkook—, si es de fresa, entonces sí a todo.

Jeon sonrió nuevamente y extendió su mano hacia Park.

—Mucho gusto, soy el amor de tu vida.

—Eh...

Aunque no se alejaba de la realidad.

—Soy Jungkook, Jeon Jungkook—corrigió, Jimin rió un poco por ello.

Eso ya lo sabía.

—Un gusto, Jungkook —juntó su mano con la de este, dando un apretón.